La conjuntivitis es el término utilizado para hacer referencia a la inflamación de la membrana transparente y fina que envuelve la conjuntiva, es decir, el interior de los párpados y la esclerótica o sea el área blanca del ojo.
¿Cómo se desarrolla la conjuntivitis?
La mencionada conjuntiva contiene diminutos vasos sanguíneos segregando aceites y mucosa con el fin de que la superficie del ojo se mantenga húmeda y así promueva su protección ante agentes contaminantes.
Cuando la conjuntiva se torna irritada o inflamada, los vasos sanguíneos se vuelven más prominentes u aumentan su tamaño siendo esta la causa del enrojecimiento típico de esta afección ocular.
La conjuntivitis y sus aspectos más resaltantes
La conjuntivitis es una alteración o inflamación de la conjuntiva que rodea el área blanca del globo ocular. Esta afección ocular tiende a ser generada por alergias a distintos alérgenos o alguna infección viral o bacteriana.
La conjuntivitis puede ser enormemente contagiosa y puede también ser transmitida a través del contacto con las mucosas oculares de alguna persona infectada.

Los síntomas de esta afección envuelven:
• Enrojecimiento ocular
• Picor o comezón constante en el ojo
• Ojos lacrimosos o llorosos.
• En algunas ocasiones la conjuntivitis puede presentar secreciones bastante viscosas así como la formación de costras en el contorno de los ojos.

Importante

Es de gran importancia evitar la utilización de los lentes de contacto en el tiempo en que se presente la infección de la conjuntivitis. De manera reiterada esta afección suele desaparecer por sí misma, aunque el tratamiento logra abreviar el proceso de recuperación.

Cualquier persona puede contraer y contagiar la conjuntivitis, no obstante, los preescolares, estudiantes escolares y universitarios así como los docentes y quienes tengan un lugar de trabajo de contacto personal y multitud tienen mayores probabilidades de contraer mencionada afección debido a la cercanía que prevalece entre ellos en el lugar de trabajo o escolarización.